-Papá, ¿los aliens qué comen?
-¿Quieres dejar de decir imbecilidades, Marián?
-¡Papá, es importante!
-Importante y narices, pon la mesa que es hora de comer, los aliens no existen.
-Sí que existen, necesito saber qué comen.
-No te quiero oír, haz lo que te he mandado y punto.
La niña enfureció, fue tornándose viscosa, corpulenta, al mismo tiempo, su boca se agrandó del tamaño de una marmita de hotel, y colocándose delante de su padre, se lo comió.
Volvió a la mesa y anotó en el cuaderno de ciencias: los aliens existen y comen padres que dicen mentiras.
Alien.

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