En silencio dulce te quiero y pienso.
En mi cabeza no existe la distancia.
¡Qué deleite sería pronunciar tu nombre,
y no puedo!
Este silencio, que nace en el pasado,
y en el que vivo y floto,
lo coso a mi piel como botón a prenda.
¡Qué rabia que quieras pronunciar mi nombre,
y tampoco puedas!
Sabe que te quieren mi cerebro, mi lengua, mis oídos,
mis ojos, mis pulmones, mi corazón, mi estómago, mi hígado, mis riñones, mi páncreas, mi bazo, mi clítoris,
mi útero, mi vejiga, mis huesos, mis músculos y mi piel.
En silencio, en maldito silencio, siempre en silencio.
Àngels
No hay nada como estar enamorado…
Saludos!
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