¿Creéis que el amor se torna mentira cuando los días se vuelven cotidianos?
Sigo en el tálamo par. El firmamento es una sábana azul, pulcra y uniforme;
el olor de café, hoy, no me ha despertado
y he olvidado dónde puse el reloj.
Veo ropa tendida en el balcón y pienso,
que le dé un poco más el sol.
Desde mi habitación también observo al gozque, que ahora, muerde una chancla de color verde pistacho, solo hay una y es de su propiedad.
Me mira y pareciera que sonríe.
Soy feliz y empiezo a tener hambre.
Por las noches no suelo plantearme qué haré al día siguiente, pero hoy, podría cocinar un pastel,
podría ponerle encima tres velas
y convidar al señor Lizandra a soplar.
Recordarle que hace tres años que nos conocimos.
A días nos miramos a los ojos y decimos: ¡Parece que estemos juntos toda una vida, ¿verdad?!
Sí, una y muy bonita.
Pero es que yo, no soy de fechas. Igual que me he acordado, hubiera podido no hacerlo.
Tengo y guardo momentos entrañables,
sin embargo, recuerdo tan pocas fechas.
Sé que la mayoría de las mujeres cargan con las celebraciones. ¿Váis a decir que no?
Yo siempre fui muy rara.
Me gusta el fútbol, no me gusta ir de compras,
adoro el silencio, a Rachmaninov y a Serrat.
Hoy, en lugar de hacer un pastel, colocarle laas velas,
simplemente me levantaré, le daré tres besos por estos tres años que estamos juntos, y alguno de esos tres, será más largo que los otros.
Disfrutaré. Me daré cuenta, del aroma de café, de lo rico que sabe sin azúcar, de lo crujientes que me suelo hacer las tostadas y las adornaré con tomate y aceite.
Lo que no haré será recordarle que hoy, 6 de agosto, hace tres años que nos conocimos,
ni que el próximo 12 fue el día en que nos dimos el primer beso.
Nunca fui de fechas.
Sí, de días especiales.
Àngels Orad
Hermosas palabras…
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Gracias. 🤗
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