Alegría. Alegría.
Doblar letras y, aún siendo extrañas,
atreverme a ofrecerlas.
Igual estoy equivocada.
En lugar de manos
quisiera tener alas,
sutiles y delicadas,
pero no las tengo.
Volar. Volar.
La tristeza es un líquido
que deja que te ahogues
a pleno pulmón.
Dormir. Dormir.
Hoy al despertar me encontré bella,
desnuda y liviana;
no tenía conocimiento de adónde estabas, Tristeza.
Bostecé. Bostecé.
Salí a correr con el gozque;
hay quien dice que no he corrido mucho y que eso,
se nota.
Escucho. Escucho.
Y callo. A decir verdad,
no me reconozco tan callada,
ni tan despeinada
y sin maquillar.
Quizá debería maquillarme más y castigarme menos.
Debería confiar más en mí.
Debería confeccionarme una camisa,
que tuviera un bolsillo con cremallera,
guardar en él toda mi tristeza y dejarla que viviese allí.
Prometo. Prometo.
Sabiendo que estaría a buen recaudo,
prometería ponermela cuando Alegría se ausentase.
Alegría. Alegría.
Sigo doblando letras,
y aunque extrañas,
me atrevo a ofrecerlas.
Orad
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