Por fin llovíó, por fin nos pusimos la chaqueta; De verdad, que dan ganas de bailar.
BAILARÉ DESCALZA
La lluvia osada golpea en el cristal,
me despierta del sueño vespertino,
cae alborozada y sin permiso
alegrando mi despertar.
Refresca los campos,
y da brillo a sus colores;
La gente huye de los caminos,
se encadenan inesperados chaparrones.
Bendita tarde de agosto
que transformas el fastidio en agua,
entona nuevas canciones
que, bajo la lluvia rebelde,
dando rienda suelta a mis emociones,
yo, bailaré descalza.
Anmarí D’aro. Derechos reservados 🔏.
Deja una respuesta