Soy tuya.
Tuya como el rezo del creyente,
como los cantos del río,
como el corazón del cuerpo.
Soy tuya.
Tuya como las piedras de un tresillo,
aquellas que,
sin saberlo,
juran ventura
y se dejan en Dios,
para que el amor
dure hoy,
mañana
y siempre.
Àngels Orad (D.Reservados)
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