Me soliviantan las naderías,
la paz me abandona,
y aún contando contigo a mi lado, a días,
soy desdichada.
¡Cuántas cosas, instantes,
y días grises, cambiaría!
Estas duran ya
más que un momento
y no puedo relegarlas al olvido.
Y la falta de sus risas,
que se perdieron en mi ausencia,
me atenaza como soga la garganta.
¡Se escapa la sal del mar,
se quedan mis ojos sin lágrimas,
no calienta el sol
y el frío es despiadado!
¡No hay magia,
no soy feliz,
no hay flores en mi jardín
y este domingo es un triste lunes!
A la espera de un perdón,
la lluvia engalana mi ventana,
y aún contando contigo a mi lado, a días,
como hoy, soy desdichada.
Orad
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