Pasarán días, años, tricentenarios,
y ¿volveremos a errar?
Tullidas de habla,
sedentes en casa,
floreros,
que apenas lean,
que escriban poco.
¿Así nos quieren los ocluidos?
Repulsa.
¡Vienen vestidos de verde!
Aversión.
Hablo.
Soy libre, no una flor,
pienso, leo.
Escribo que vienen vestidos de verde
y que me producen
repulsión.
Anmarí D’aro.
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