En tardes de tormenta,
aterida, duermo en nicho,
y guarecida entre recuerdos
maldigo esta distancia.
La maldigo sin remedio
al ver que no te alcanzo
e interpretando desvaríos
la transcribo a mis poemas.
Adivino que un poeta
asesina con sus letras
y eterniza la pobreza
que no habla de dinero.
En las noches de tormenta
cierro el nicho y ya no lloro
y entre sueños sin quebranto
la distancia ya no existe.
Àngels Orad
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