Aguarda en la estación
a aquel a quien quiere
una muchacha bonita.
Afuera llueve.
Tiene fe en que llegue
con un beso en los labios
y el mundo en los brazos.
Afuera llueve.
En su cabeza suena un oboe
anunciando que viene
aquel que promete;
no tiene paraguas,
ni recelos, ni miedo.
Afuera llueve.
Sin tormentos, sin rival,
la espera, en silencio,
marcea de nuevo;
la muchacha bonita
se viste de flores.
Afuera llueve.
Primavera en invierno
y saltan al vacío.
Son, más o menos, las seis
y afuera llueve.
Orad
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