Disculpa que no mienta,
pero estos días
mis piernas,
también tiemblan.
Quiero contarte
que verte es ilusión,
a la vez rabia
y un poco de pudor.
Permite que no mienta,
que encontrarte fue hermoso,
que estaba agazapada
y me diste un empujón
y gracias a tus manos,
y aún muerta de miedo,
estoy subida en el cajón
del que no quiero bajar,
desde el que puedo mirar
verte partir y esperar.
Disculpa que no mienta,
los hubiese tildado de locos
si esto alguien me lo cuenta,
no me importa verme así,
de veras que no me importa,
desgraciado el que diga
eso yo no lo sentí.
Disculpa que no mienta,
te pensaré a pleno sol
y en las noches de tormenta,
y si otros brazos me alcanzan,
me aprietan,
me alzan,
y te hiere,
habla, grita,
que a tu reclamo lo sabes,
el miedo en mí, no existe.
Anmarí D’aro.
Qué bonito… y qué triste…
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Me alegro de que te guste. Un saludo.
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