Suena en esta habitación
una bella melodía,
mis ojos te buscan,
ese piano que, tan dulce, acaricia Yurima
y tú… ¡Ay Dios!, y tú a mi lado
hacen que me dé cuenta de que no es un sueño,
que no estoy soñando.
Quiero con estas letras
darte las gracias,
gracias por las horas, como estas,
cuando compartimos un silencio que es sembrado,
dártelas por confiarme
tus anhelos, proyectos,
alegrías y temores .
Me besas.
-Sigamos escribiendo -te digo.
Cierro antes los ojos
y doy gracias al cielo
por darme cuenta de que
esta vida a tu lado es poesía,
son rimas llena de amor,
de gozo y de alegría.
Anmarí D’aro.
Derechos reservados.
bonito
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Muchísimas gracias.
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