Podría leer mil versos,
de Espronceda, Machado o Petrarca,
podría escribir distinto,
podría escribir mejor,
pero todo ello lo haría
con la misma pasión
que destila mi piel
al confesar sin temor,
lo mucho que te quiero.
No importa mi pasado..
ni el tuyo;
ahora tan solo deseo, sin argucias,
que existas ufano conmigo,
en este maravilloso el presente,
y en el futuro también…
Dios mediante.
Orad
Deja una respuesta