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Soledad

Sin hablar, no hizo falta,
escondí la soledad del alma,
nos miramos,
y tres versos después,
quisiste besar mi boca.

Al tiempo, tu voz,
como lápiz excelso,
dibujó un hermoso camino
por el que vuelan hoy,
como aquél día,
cientos de mariposas.

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