Con rachas de viento
empieza a menguar la tarde,
y tímidamente escondida
entre el amor y la amistad,
espero a que te decidas
a contarme la verdad.
La siesta fue larga,
y el sueño caduco,
pero ahora, en plena sierra,
espero impaciente
saber de dónde viene
ese malestar latente.
y el sueño caduco,
pero ahora, en plena sierra,
espero impaciente
saber de dónde viene
ese malestar latente.
Sufro tanto con verte disgustado,
sea o no sea conmigo,
que rompería mis versos,
en pos del irenismo,
si de las dudas y pesares
ahora mismo te sacase.
Descansa en confianza
entre mis brazos que te estrechan
que yo lo haré en los tuyos,
y tendremos la potestad
de ser capaces de resolver
cualquier cosa juntos.
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