Donde cabes tú no cabe nadie,
y lo intentan arriba, debajo,
lo intentan de lado.
Lo intentan y no caben,
porque donde cabes tú no cabe nadie.
Cuando lo intentan me voy,
me subo en tu risa,
camino sin prisa.
No cabe nadie,
grito, no cabe nadie.
Cabes tú en mi cabeza,
en mi cintura,
en mi estupidez por no olvidarte,
en mi corazón por no sacarte,
porque donde cabes tú,
no cabe nadie.
Me gusta caber donde no cabe nadie.
Esos poemas merecen estar envueltos por las páginas de un poemario…
¿A qué está esperando, Srta. Orad?
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excelso
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Gracias, me alegro de que te guste como escribo.
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me encanta! mi más sincera enhorabuena
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es necesario llamar al pensamiento
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